Es importante recordar que la caries dental tiene su origen en una infección. Esto se debe a la acumulación de placa bacteriana y al daño causado por estos microorganismos a la estructura dental mediante la producción de ácido durante la digestión de los alimentos. En consecuencia, el tratamiento de la caries siempre constará de dos partes esenciales: la eliminación de la infección y la reparación y reconstrucción de la pieza dental afectada para restaurar completamente su funcionalidad.
El odontólogo tomará la decisión sobre el tratamiento a seguir basándose en dos variables principales. En primer lugar, se evaluará el grado de afectación del diente mediante una exploración minuciosa y el apoyo de radiografías dentales. Por otro lado, en el caso de los niños, se determinará si la pieza afectada es un diente de leche o uno permanente. En el caso de dientes permanentes, se verificará si las raíces han completado su formación, ya que esto influirá en el tipo de tratamiento a aplicar, que podría diferir del tratamiento recomendado para los adultos.